Paul Celan, en el fondo...MARGO GLANTZ




PAUL CELAN, EN EL FONDO...

Continuación de la conferencia en la Casa Refugio Citlaltépetl, 23 de marzo, 2000, Ciclo: Figuras del exilio, ofrecida por MARGO GLANTZ

la primera parte la reeditamos en esta blog el 28 de febrero


La gloria de las cenizas



Celan ha elegido como Levi, aunque totalmente en otro registro, lo sabemos bien, el papel de testigo, del que sobrevive, para decir lo que no se puede decir, apenas con el poema, Levi ha sobrevivido para contar, para que los otros sepan. Celan se encuentraen el umbral de lo indecible y sin embargo dice. Se cuenta o se dice, grados diversosdel lenguaje y del testimonio, Wer Zeugt fúr dien Zeugen? ¿quién testimonia por el testigo?

Agamben reitera:

"Decir que Auschwitz es ‘indecible’ o ‘incomprehensible’ equivale a eufemizar , delgriego euphemein, es decir, a observar un silencio religioso, adorar en silencio como seharía con un dios; eso significa , a pesar de las buenas intenciones, contribuir a sugloria, -sobre todo si lo llamamos holocausto o aún Shoa, como se dice en hebreo(explicación de lo que antes ha dicho Agamben,)- Quizá toda palabra, toda escritura,nace como testimonio. Por esta misma razón, eso que testimonia no puede ser yalengua ni escritura: Es eso lo que nos llega desde la laguna, la no-lengua que se hablasola, de la que responde la lengua, de la que nace la lengua . Y es sobre la naturalezade lo que no puede testimoniarse, sobre esa no-lengua, que conviene interrogarse".


La perfección con que Celan transita de lengua en lengua y su necesidad de traducirdesde todas las lenguas al alemán hasta condensar en sus versiones cada una de lasacepciones de cada vocablo, reduciéndolo a su mínima aunque máxima expresión, dacuenta de este trabajo de encuentro con el otro en el que ese otro- así sea elexterminio- tiene de decible.

En un ensayo intitulado "Hablar por el otro", y hablando precisamente de un poema deCelan, Aschen-glorie, Cenizas la gloria o Gloria de cenizas, explica Derrida:


"Pero este poema es también intraducible en tanto puede referirse aacontecimientos de los cuales la lengua alemana habrá sido justamente un testigoprivilegiado, a saber la Shoa, lo que algunos llaman Auschwitz, y todo lo que pudodestruir con el fuego y reducir a cenizas (cenizas es la primera palabra del poema) existencias en cantidad incontable, incontablemente, pero también innombrablemente,es decir incinerando, con el nombre y la memoria, hasta la posibilidad confirmada deltestimonio [y, puesto que acabo de decir la posibilidad confirmada del testimonio,tendremos que preguntarnos si el concepto de testimonio es compatible con algún valorde certeza, de seguridad, inclusive de conocimiento como tal]" ( Dossier, p 18).


Celan, en un trabajo semejante al de la incineración, funde las tradiciones y loslenguajes, "el destino de los judíos, el genio cargado de noche de la lengua alemana,del dialecto de Auschwitz y de Belsen, una intimidad profunda del hebreo y delyiddisch... y se convierte así en un poeta quizá más necesario que Rilke (Steiner , p.
29, "The long life of metaphore"), una manera quizá no demasiado válida paradeterminar la validez o la importancia de un poeta, pero dejémoslo así, pues se tratade Steiner y él puede responder por sus palabras.

Quizá podamos responder aquí con las de Celan:


Nadie
testimonia por el
testigo...
Gloria
De cenizas detrás
De ustedes las manos
Del triple camino
Alguna vez Póntico: aquí
Una gota
Sobre
La palma de una rama ahogada
En el fondo
Del juramento petrificado
Murmura.


Esta reducción infinita del lenguaje concentra dentro de sí no sólo las estructuras propias de diversos lenguajes y hablas, exprimidas a fuerza de extraer de ellas todassus posibles significaciones, mediante un trabajo incesante de traducción - versiónapretada de la poesía- y de tradición, tradición en la que se superponen y se destilan las religiones – la judía y la católica, Antiguo y Nuevo testamento; las filosofías de
occidente, Spinoza, Nietszche, Heidegger, así como la literatura – la poesía- de los precursores, el judío-profeta Kafka, el alienado Hölderlin, los asesinados Mandelshtam y Tzvetáieva, los ¿más clásicos? Shakespeare y Dickinson, este trabajo de alquimia en donde el lenguaje, la historia, la topografía, la filosofía y la poesía entran en la fusión, convergen en el poema – los poemas- que además dice –dicen- la muerte de Dios ¿Nada –Niemand? A quien sin embargo se le canta en la vieja tradición del salmo. Nos seguimos dirigiendo a una figura superior –Nadie- y se habla de una naturaleza inmutable, ajena, distante dentro de la cual transcurrimos, pero aparte de ella, semejante a la Nada –Nadie- Niemand-Nichts:

"Allí están , entonces los primos (el judío Gross y el judío Klein, en su Conversación en la montaña Dossier, p 15) a la izquierda florece el martagón, florece silvestre, florece como en ningún otro sitio, y a la derecha se alza el ruiponce, y Dianthus superbus, el clavel magnífico, se alza no lejos de allí. Per ellos, los primos, bendito sea Dios no tienen ojos. Mejor dicho si tienen, también ellos tienen ojos, pero delante cuelga un velo, no delante, no detrás... ¡Pobre martagón, pobre ruiponce! Allí están ellos los primos, parados frente a frente en un camino en la montaña, la piedra guarda silencio y el silencio no es silencio, no ha enmudecido allí ni una palabra ni una frase, es tan sólo una pausa, un hueco de palabras, es un lugar vacío, , ves erguidas alrededor todas las sílabas, lengua son y boca, ellos dos, como antes, y en sus ojos cuelga el velo, y ustedes, pobres, no
se alzan allí ni florecen, ustedes no están presentes, y julio no es julio..."


Y el otro a quien se habla en el poema es Adorno con quien nunca pudo hablar Celan y quien nunca escribió- aunque dijo que quería hacerlo, ese texto sobre su poesía, ese texto donde hubiera podido disolver sus palabras-candado contra la expresión poética que intentara decir lo que no debería ser indecible. Y también en este texto se cancela el encuentro con otros hermanos, esos sí hermanos, no primos: Nietszche quien había
paseado también por esas montañas de Sils-Maria, en los Alpes suizos, o Celan quien no se encuentra a propósito con Adorno en esas mismas montañas, aunque camine poéticamente con Lenz, el personaje de un texto inconcluso de Büchner, quien también sube la montaña , por lo que se reencuentra con él, con Celan, en el pasado, pero un pasado que ya no es obviamente el mismo, se trata de un pasado romántico donde el hombre y la naturaleza están en perfecta armonía. Ese encuentro entre un Yo y un Tú, como quería Buber y como lo definía Celan en su discurso de 1960. diez años antes del suicidio, de sus entradas limítrofes y sucesivas a la locura, ¿ es un encuentro con ‘algo inmaterial pero terrestre... un meridiano’? ¿Un meridiano? Más bien la Nada, el Nadie, Nichts-Niemand, ¿la muerte de Dios?

Tampoco se produce el encuentro con Heidegger a quien Celan admira y cuyo pensamiento filosófico es en parte el suyo, y con todo, no hay encuentro, lo dice así en otro poema Todnaunberg que refiere –si es que un poema puede referirse a algo tan concreto, su visita a Martin Heidegger en la Selva Negra, está de por medio la adhesión del filósofo alemán a la ideología nazi.

Los poemas han alcanzado esa Nada, Niemand o Nichts del ya no Dios o de la naturaleza distante, la naturaleza glacial que aparece rodeando al alma en Primero sueño de Sor Juana, o la naturaleza de redoma o de telescopio de Muerte sin fin de José Gorostiza , poemas en los que Dios ya había muerto y sin embargo seguía-sigue siendo la única referencia necesaria:

"Enseñó la ley de gravedad, proporcionó prueba tras prueba, pero encontró oídos sordos. Entonces se impulsó en el aire y, flotando, enseño la ley. Ahora le creyeron, aunque nadie se asombró de que no volviera del aire" (Aforismos de 1949, Dossier, p. 23)

Adorno, el judío grande, Gross, habla en un texto breve y tardío sobre Celan - el señor Klein, el judío Pequeño-, y dice, en un intento imposible por entenderlo, mucho tiempo después de haber lanzado su anatema contra la poesía, especie de Platón disminuido : "Los poemas de Celan hablan un indecible horror a través del silencio. Transforman su verdadero contenido en una cualidad negativa".

Celan , quisiera entenderlo yo así, logra lo imposible, reducir el lenguaje a cenizas, uno de los elementos más importantes de su poética, las cenizas que van haciéndose cada vez más imperceptibles, más disueltas de poema en poema, lo que quedó de una cultura, de los cuerpos, un signo negativo, el polvo: cenizas grises junto con los cabellos ennegrecidos de las mujeres judías, en Todesfugue:


Leche negra del alba te bebemos de noche
Te bebemos al mediodía la muerte es un maestro de Alemania
Te bebemos de tarde y de mañana bebemos y bebemos
La muerte es un maestro de Alemania su ojo es azul
Te dispara con bala de plomo te dispara certero
Un hombre vive en la casa tu cabello de oro Margarete
Azuza sus perros contra nosotros nos regala una tumba en el aire
Juega con las serpientes y sueña la muerte es un Maestro de
Alemania
Tu cabello de oro Margarete
Tu cabello de ceniza Shulamith


En este poema que ya lleva el nombre elegido por Celan para ser poeta, en ese poema donde a sí mismo el poeta se nombra, Dios ya no existe, es avant la lettre un Niemand, un Nichts. ¿Cómo hacer para que el polvo hable? ¿un polvo que son cenizas- restos- residuos? ¿Será Todesfugue demasiado literal? ¿demasiado evidente su intención?, ¿se juntará con la palabra con el hecho? ¿hay demasiadas imágenes?, quizá es demasiado simple en su literalidad descriptiva, comparada con lo que luego logrará en Celan en sus poemas, este poema que sin embargo aprecia Levi, le sirve para testimoniar del exterminio, para sintetizarlo en una imagen, una tumba en las nubes o en el aire donde los cuerpos ya no están encogidos ni hacinados ni encimados como en los trenes, en las barracas, en la cámara de gas. ¿Le pareceria a Levi esta alquimia del poema, esa fuga bailada, un experimento de química inorgánica en la que de una materia imperfecta se obtiene la esencia?


Lívida la voz, desde
Las profundidades desollado:
Ni palabra ni cosa, y único nombre de los dos,
Dispuesto en ti a caer,
Dispuesto en ti a volar,

Herida ganancia de un mundo...

Blanchot en su ensayo El último en hablar, habla así, él también sobre Celan, dice así, termino con sus palabras este texto:

Lo que nos habla aquí, nos alcanza por la extrema tensión del lenguaje, su concentración, la necesidad de mantener, de llevar lo uno hacia lo otro, en una unión que no forma unidad, palabras desde entonces asociadas, unidas por otra cosa que su sentido, solamente orientadas hacia-. Y lo que nos habla, en estos poemas las más de las veces muy cortos donde términos, frases parecen, por el ritmo de su brevedad indefinida, cercados de blanco, es que este blanco, estas interrupciones, estos silencios no son pausas o intervalos para permitir la respiración de la lectura, sino que pertenecen al rigor mismo, aquel que no autoriza más que un mínimo de relajamiento, un rigor no verbal que no estaría destinado a portar sentido, como si el vacío fuese menos una falta que una saturación, un vacío saturado de vacío. Y, sin embargo, no es
quizás eso lo que yo retengo en principio, sino que un lenguaje así, a menudo tan duro (como en algunos poemas del último Hölderlin), no duro –algo estridente, un sonido agudo más allá de lo que puede convertirse en canto- no llegue nunca a producir una palabra de violencia, no golpee al otro, no esté animado por ninguna intención agresiva o destructiva: como si ya hubiese tenido lugar la destrucción de sí para que el otro sea
preservado o para que se mantenga un signo fijado por la oscuridad. (pp 51-52).


Obras utilizadas:


Giorgio Agamben, Ce qui reste d’Auschwitz, París, Payot-Rivages, 1999.

Maurice Blanchot, El último en hablar, Madrid, Tecnos, 1999.

Paul Celan, Pavot et mémoire, Paris, Christian Bourgois, 1987.

Paul Celan, Antología, Sin perdón ni olvido, versión al español de José María Pérez

Gay, México, UAM, 1998.

Paul Celan, Choix de poèmes [réunis par l’auteur], Paris, Gallimard, 1998.

Paul Celan, Correspondance- Nelly Sachs, Paris, Berlin,1999.

Paul Celan, Poesía completa, ed. Trota, 2000.

Jacques Derrida, "El último en hablar", en Diario de poesía.

Diario de poesía, No. 39, Dossier Celan preparado por Ricardo Ibarlucía, Buenos

Aires, Rosario, Montevideo, Primavera, 1996.

John Felstiner, Paul Celan, Poet, Survivor, Jew, Nueva York, Yale University Press,

1995.

Primo Levi, La trêve, Paris, Grasset, 1966.

Primo Levi, El sistema periódico, México, Ed. Patria, 1990. (trad. Carmen Martín

Gaite).

Primo Levi, Le métier des autres, Paris, Gallimard, 1992.

Primo Levi, Los hundidos y los salvados, Madrid, Muchnick editores, 1989.

George Steiner, "The Long Life of Metaphore", Encounter, 1987 vol. LXVIII.

George Steiner, Después de Babel, México, FCE, [1975], 1980.

George Steiner, Lenguaje y silencio (Atheneum, Nueva York, 1976), Barcelona,

Gedisa, 199.