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Omar Pérez, poemas



Todos los lunes iremos publicando a cada uno de los poetas recogidos en el dossier de poesía cubana (1988-2001) "memorias de la clase muerta", preparado y anotado por Carlos A. Aguilera.


Hasta hoy hemos publicado

Ismael González Castañer

puedes leer también:

Entrevista a Omar Pérez en Cubista Magazine,

El intelectual y el poder en Cuba


(La Habana, 1964). Publicó en 1995 Algo de lo sagrado (Poesía, Ediciones Unión) y en 1998 ¿Oíste hablar del gato de pelea? (Poesía, Editorial Letras cubanas). También, el libro de ensayos La.perseverancia de un hombre oscuro (Editorial Letras Cubanas, 2000).




VISIONES EN EL ESPAÑOL INSTRUMENTAL

No todos los que habitan la ciudad son ciudadanos
ni la maquinación es el propósito de la máquina
como sobre la cera endurecida quedan estos términos
gotas de sudor que la traición extrajo de nosotros.
Y si la moral, accidentándose en el camino de Jerusalem
decidió acabar sus días en la moraleja, oh noches
---------del desierto,
rodeada por el afecto de perpetuos adolescentes
y si los maestros, avanzando impacientes en el sendero
---------boscoso
se detuvieron en el claro para aprender el arte
----------de la magistratura
sépase que para el trazado nocturno de estas líneas
alguien fingió dormir con una mano entrecerrada.
Varados a medio camino de la ciudad expectante
discurren nuestros términos
y en voz muy baja se les oye decir «qué tiempos aquellos»
«qué tiempos aquellos»
aunque nadie sepa con exactitud a qué se refieren.

Tomado de Algo de lo sagrado.

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-----------CONTRIBUCIONES A UNA IDEA RUDIMENTARIA DE NACIÓN

En las volátiles noches de un invierno
que la naturaleza convalida con magnanimidad
el cubano se entrena para la diversión o para la amnesia,
muy injustamente se supone a veces que son la misma cosa
lleva dulces a Dios, fermenta los dialectos
combate la cirrosis con frutos en almíbar, hace comercio;
se dictamina entonces que El Cubano inventa.
En las pesadas coreografías de un verano
que la naturaleza autoriza, ya, con suspicacia
ve el cubano hasta el océano con ofrendas y arpones,
muy injustamente se supone a veces que son la misma cosa
enumera con los dedos las bajas, ejerce la infracción
lleva las manos en los bolsillos, jura y compromete;
se diagnostica entonces que El Cubano conversa viril,
------------pastosamente
allí conoceremos en qué travesías, en qué extraños parajes
en qué trueques
hemos contraído tanto ingenio.

Tomado de Algo de lo sagrado.
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EN EL ESTANQUE

El pájaro no aprende a volar en el fondo del estanque.
La línea que traza el agua en la arena movediza
no se deja reproducir en adopción
de la misma línea a mano alzada.
El rastreador la sigue con la vista en la ceniza
y se conecta con el humo del tizón apagado.

Tomado de ¿Oíste hablar del gato de pelea?
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SANGRE DE ALUMNOS

Todos necesitamos de un padre
aunque sea uno macilento.
En el momento en que la fusilería
pasa a ser la estrella de una función interminable,
el joven pide a su creador una palabra
que le ayude a no traspasar cegado por el humo
el acre que lo separa del carnicero.
Al niño después de mostrarle el uso de las manos
se le enseña que nada puede serle más dañino
que la cercanía de un maestro preciosista,
somos alumnos incapaces de distinguir un latido de otro
apenas conocemos el peso que se afianza entre
--------las pulsaciones.
El padre es la garantía de un seguro en el arma,
nada como eso puede conservarnos
el centímetro cuadrado de piel de arcángel en el torso.
Todos necesitamos de un padre
aunque su brazo se agote en el cabo del hacha.

Tomado de Algo de lo sagrado.
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BAILES DE SALÓN

La educación comienza por la casa y se asimila
en edificios de oficinas, se diluye o se muestra
en comedores habilitados para la danza del momento,
la cortesía sin embargo es producto hereditario
y un cambio de sangre es insuficiente para erradicarla.
Con las manos pálidas acudimos a los ritos sociales
con las manos en los bolsillos traseros
se discute a los árbitros,
¿qué otra cosa puede hacerse con ellas sino gesticular?
con días tan largos ya no es posible medir por cuartas.
Cierta escasez de Buenas Tardes puede malograr
--------una carrera
un pasillo mal llevado, un pisotón a mitad de número
te destinan a un ostracismo no retribuido.
Tarde o temprano un saludo y una pregunta te sacarán
--------de paso
seas invitado, transgresor o discípulo
siempre habrá para ti un interlocutor
un pretexto para guiñar los ojos
una ocasión única para pedir otra oportunidad
con la voz radiofónica del que solicita una pieza.

Tomado de Algo de lo sagrado.
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LA GUERRA CHIQUITA

Yo compadezco de todo corazón al hombre
que pregunta qué hay que hacer para ganar.
Enfebrecido por el vapor de la ronera
pero ignorante del peso de la Osa Mayor
su vida tiene el ancho de un periódico enrollado,
usufructuario de un momento
donde flotan las palabras brillantes.
La misa del central o la misa de la guerra
aguantan al corredor que cegado por la luz debe aceptar
que la historia de su diamante
apenas estremecería a un jurado de observadores
---------bien curtidos:
el camino de la soledad a la sedición es más duro
---------que largo.
En el viaje, digamos, entusiasta
al pasatiempo y al balcón de la ronera
se nota la ausencia de un destello donde meter el hombro;
vivimos con los pies en el limo bueno para desovar
mientras la cabeza se nos marea en la selva.
Yo me compadezco
y luego dedico una lágrima de arroz crudo
al hombre que pregunta qué hay que hacer para ganar.

Tomado de Algo de lo sagrado.
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LAS AVISPAS Y LAS AVES

Solamente mirar a los nidos,
fijarse en las alas y en el modo de alimentación
y notar la diferencia,
notar la diferencia no es un problema de rencor,
se hace para tener las cosas en su sitio.
Las avispas revolotean demasiado, es decir, demasiado
junto a los grandes cántaros de leche
y es cuando aprovecho para quitarles el aguijón
que uso para escribir chistes, sólo bromas huesudas
en los cuadernos de filosofía.
Las aves, estoy seguro, que habrán de caminar,
las aves en el cielo se alterarán, aún cuando reposen
en la tierra o en el cielo
no importa cuándo.
Hacer notar las diferencias no es un problema de rencor
es sólo para tener las cosas en su sitio.
No hay casi nada más que hablar,
sé de las avispas más que de mí mismo,
cuando hablo de ellas lo hago en presente
las aves son entonces lo que se aproxima.
Notar la diferencia no es un problema de rencor
se trata de poner las cosas en su sitio.


Tomado de Algo de lo sagrado.
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ES EL MOMENTO DE CENAR Y NO OTRA COSA

Es el momento de cenar y ninguna otra cosa
debería distraernos de la disciplina
sagrada, por demás, de comer mano a mano;
es el instante de la supervivencia y aunque ceno desnudo
añoro un viejo mantel de bordados rojizos.
Para conciliar urbanidad e instinto este,
y no otro, es el momento
haciendo uso de una sangre fría acumulada
durante alegres temporadas de procacidad.
Es el momento en que resucitamos, que no se escuchen
ni aforismos, ni quejas, ni ruidos de cucharas.

Tomado de Algo de lo sagrado.
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NADA DE MAGIA

Perdiendo peso en la mitad del falso invierno,
lo que no se suda finalmente se orina.
Observando como aparecen y desaparecen las venas
el sudor baja a las manos y la grasa sube a flor de piel,
el cansancio llega sin trotes ni batas de boxeo.
Mientras deambulo flexionando el cuello
ejecuto ejercicios imaginarios que no agregan nada
a un caso cerrado por exceso de testigos.
Legalmente el invierno apenas ha empezado
pero en la tardecita tiemblo y oscilo
y la báscula oscila,
las libras se esfuman como el dinero de un muchacho.

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Omar Pérez, El intelectual y el poder en Cuba

Entrevista a Omar Pérez en Cubista Magazine

Intervención leída en el encuentro Havanna Virtuell, celebrado en Graz, Austria, los días 21 y 22 de octubre de 2005.

1

Observad mi pasaporte; en los datos personales, donde se define “profesión”, reza “escritor”. Aunque no pretenda remedar a Maiakovski, no puedo olvidar el sabor, la euforia de aquel poema que aprendimos en la escuela: soy poeta, sirvo al poder del pueblo. En realidad, me limito a constatar un hecho: la República de Cuba reconoce mi condición de escritor. Esto tiene además dos efectos secundarios. Uno, que mi madre se sienta orgullosa; otro, que los policías en la aduana me pregunten: “¿Qué escribe?” “Poesía”, respondo. En cierta ocasión, cierto policía fue más lejos que los demás; ocurrió en el aeropuerto J. F. Kennedy de New York, algunas semanas después de September/11: “¿Qué tipo de poesía?”, inquirió. –Poesía filosófica. –¿Qué es poesía filosófica?, insistió, poniéndome en aprietos. No recuerdo qué respondí; no sé lo que es poesía, mucho menos qué cosa es poesía filosófica, ni tampoco filosofía, bios kubernitis, gobernadora de la vida, al decir de los antiguos griegos. En ese punto, sin embargo de dificultad, debo haber respondido satisfactoriamente ante el poder constituido. No se me oculta que una buena parte de las verdades son dichas para salir del paso, luego olvidadas. Preguntarán ustedes qué relación tiene el interrogatorio de un policía del aeropuerto de New York con el tema en cuestión. En primer lugar, el diálogo entre poesía y poder es siempre el mismo, independientemente de latitud y circunstancia. En segundo lugar, la situación de un poeta ante el poder en Cuba no es indiferente a su situación ante el poder de los Estados Unidos de Norteamérica y esto, que quizás pueda parecerle a un intelectual europeo una artimaña teórica es, en nuestras tierras, una realidad constante desde hace más de un siglo. No se preocupen; por esta vez no citaré a José Martí. Prosigo, pues, con el interrogatorio: “Se llama usted Omar, ¿es de origen árabe?” Persistió aquel uniformado. –No que yo sepa. –¿Es entonces musulmán? Buena pregunta; en el sentido de “abandonados a Dios”, sea Dios lo que sea, Tao, Buda, cosmos, somos todos muslim. Sin embargo, no queriendo agravar con consideraciones teológicas mi situación de poeta procedente de una nación que hoy en día se considera “terrorista”, respondí que no. –¿Por qué entonces se llama Omar? –Mi madre, en homenaje a aquel gran poeta, no árabe, sino persa, Omar el Khayam, me dio su nombre. Persa o árabe, cubano, ateo o creyente: poeta, siempre sospechoso ante el poder constituido en uniforme. Sin embargo, hasta ahora, en una u otra parte, este a la larga, tras algunos interrogatorios, me dejó seguir en paz mi camino.

2

Siempre que regreso a Cuba, vuelvo intensamente a la condición política fundamental: la vida diaria. Percibo el imperativo de ordenar el discurso político, y poético, no a partir de la crítica al poder constituido sino de la observación del modo de vida de las gentes, a comenzar por el mío. Entiendo que es esta observación lo que enaltece al humano en tanto ser y lo prepara para modificar la realidad. Su realidad. En este proceso no soy el objeto pasivo de poder alguno exterior a mí que me diga qué debo observar y cómo, qué debo o no modificar y en cuál manera. En tanto que poeta soy, aquí y allá, el señor de mi propia realidad. ¿Iluso? ¿Romántico? Ya lo dijo Pushkin, que no fue ni impune ni del todo inerme ante el poder: el poeta debe ser un poco estúpido. Pero no es esta estupidez básica, inmemorial de humano–poeta la que ofusca o denigra; en ella residen ideales, cual sedimento de nuestra vida eterna, y estos son eternamente realizables. Ahora bien, ¿qué es, etimológicamente hablando, la crítica sin la crisis? Bienvenida sea, pues, esta crisis de sistemas, de discursos, de poderes que es, en fin, la crisis de una civilización toda y su modelo de conciencia. Sin ella no nos sería dada hoy, aún, poesía; hoy, aún, reflexión; hoy, aún, filosofía. ¿Quién que esté por encima de ella lanzará la primera piedra? Obviamente, hoy se ha llegado a considerar un acto normal lanzar piedras, invectivas, bombas. El que hoy critica debe también saber cómo sembrar flores. Y si es preciso, lanzarlas. Este sería el mayor acto de poder.

3

Me detengo un momento en este punto; ¿tal vez se dirá que he intentado eludir retóricamente el asunto de la relación intelectual–poder en Cuba? Ni por asomo; conozco de primera mano la censura y otros recursos extremos de la terapia política. No pueden disuadir al poeta que ha entregado su energía a avizorar un estadio superior de la conciencia. No es culpa ni privilegio de sistema alguno en específico, el haber convertido al poeta en rehén de la realidad. Aun cuando todos los sistemas, por su propia naturaleza de sistemas, se hayan en algún momento atribuido el dudoso mérito de sojuzgar la naturaleza toda y, por ende, la naturaleza humana y la raíz de la poesía, ha sido en realidad el poeta quien, en su impulso más puro y en los cuatro puntos cardinales, ha decidido sojuzgarse a sí mismo para permanecer, cantando, entre los hombres; esta fuerza de su elección es lo que lo ha hecho subsistir hasta hoy entre los perseguidos y los silenciados, los que mañana vamos a ver salir el sol del otro lado de la montaña.

4

Salgo a caminar; sí, ya lo sé, es la ciudad devastada que todos ustedes han visto en las páginas de Le Monde Diplomatique y en Buena Vista Social Club de Win Wenders. Dejo a mi hijo a la puerta de la escuela remozada, un antiguo almacén de bienes decomisados por el estado. Según este, el futuro de mi hijo está garantizado; según mi instinto de padre y de poeta, su presente no es más ni menos incierto que el de todos los habitantes de este planeta en ebullición, el volcán nuestro de cada día. El precio del noni, la fruta prodigiosa que, según se dice, posee 101 propiedades curativas, es de 5 pesos por unidad en el mercado estatal y 7 pesos en la tienda del yerbero. Las muchachas con las que me tropiezo por el camino a Centro Habana, son tan hermosas y lozanas como de costumbre, “como perlas preciosas, adorno de ilusión…”; en el Malecón una típica estampa del latin socialism: un hombre, al mando de la excavadora, trabajando, y 19 hombres observando. No son curiosos, son obreros y jefes de obra: estos gesticulan, aquellos permanecen absortos en la contemplación. Uno, inclusive, se ha echado sobre el muro, reclina la cabeza en el muslo de un colega y fuma un cigarrillo. Marx y Lafargue, padre y yerno, eternamente conciliados: el derecho al trabajo y el derecho a la pereza en unidad dialéctica. Por otra parte, aquellos que desde los think tanks del occidente cristiano y materialista han determinado que Cuba, entre otras naciones no hegemónicas, sea un país pobre, profesan no sólo un materialismo extremo y fundamentalista sino además una visión limitada y, a su vez, pobre de la materia–espíritu en desarrollo y movimiento. Pues la materia–espíritu no es sólo objeto, su libertad no es sólo albedrío y su realización no es sólo gratificación.

5
¿Quién dijo que todo lo real era racional, un ideólogo al servicio del partido o un poeta al servicio de la publicidad? En la propaganda al uso de la sociedad del capital prima el llamado a un carpe diem individualista: be yourself. E incluso, según observo en el aeropuerto de Amsterdam, be a tiger. No dejes que otros consuman por ti, aquí y ahora, consume cualquier cosa, pero consúmela TÚ. Get a life. En la sociedad más austera que a los cubanos nos ha tocado vivir, la propaganda intenta activar otras regiones de la conciencia. Verbigracia: no se puede derrotar a las ideas, las ideas son inmortales, etc. Platon dixit, Marx dixit. Hay, además, una palabra en la cual coinciden la propaganda mercantil y la política: revolution. Y aún otra en la cual desembocan todos los mensajes y valores ideológicos, económicos, místicos y suntuarios: energía. Misterio supremo de nuestra irrealidad. En tanto que individuo, en tanto que poeta y, en cierto modo, en tanto que idiota, según el sentido helénico de individuo independiente, encuentro ambos llamados simpáticos y estimulantes. Llenos de gracia, sí, vacíos de sentido. Gracia y sentido; se encuentra aquí uno de los puntos de giro en los cuales el intelectual puede actuar ante el poder y en el seno social. Propongo combinaciones, por ejemplo: Be yourself, las ideas son inmortales. Como es natural, se sabe que para dialogar de manera directa con el poder son necesarias mejores herramientas que el mero ingenio verbal y conceptual que subyace a toda poesía filosófica. Pero, a fin de cuentas, no nos falta trabajo ni materia prima: cómo volver a llenar de sentido esas parejas, si no de contrarios, de mal llevados conceptos que hemos heredado de nuestra civilización descompuesta: mesianismo y productividad, ahorro y dignidad, futuro y muerte, honestidad y democracia, revolución y consumo. Revolución: hoy te nombran en los comerciales en las cuatro esquinas del mundo; allellujah!
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