JUAN CARLOS FLORES

los poemas aquí presentados corresponde al dossier de poesía cubana (1988-2001) "memorias de la clase muerta", preparado y anotado por Carlos A. Aguilera.

A partir de hoy, todos lunes, iremos publicando en fogonero emergente a cada uno de los poetas recogidos en dicho dossier.

inéditos de juan carlos flores en fogonero emergente


presentación de juan carlos flores por duanel díaz en cuba: la memoria inconsolable


reseña de duanel díaz sobre libro de juan carlos flores en fogonero emergente


presentación de carlos alberto aguilera del dossier "memorias de la clase muerta"



EL SECADERO


Hay, al sur de La Habana, entre el verdor y el oro, un lugar destinado a los juegos. Es un sitio tranquilo, dicen, muy bueno para las mutaciones. Yo, nunca he ido a ese lugar, sólo por temor a no volver. Tú, nunca has ido a ese lugar, sólo por temor a no volver. Él, nunca ha ido a ese lugar, sólo por temor a no volver. Hay, al sur de La Habana, entre el verdor y el oro, un lugar destinado a los juegos. Es un sitio tranquilo, dicen, muy bueno para las mutaciones.



CUENTO ZEN
a Rolando Sánchez Mejías
barre el bonzo
casi ciego las hojas
El milagro no puede ver
casi ciego las hojas
barre el bonzo
casi ciego las hojas
El milagro no puede ver



EL SALTAMONTES

Imperceptible o casi/entre los desperdicios de una economía senil/la mañana con la lluvia mezclada a la ventisca/cuando los mismos bordes a caminar salió/sin timón en la mente después de haber dopado un poco/dando saltos pensando que de ese modo esquivaría las charcas/ cansado ya de ver las mismas fotos/un saltamontes y no otra mancha más/sobre la superficie donde se acumulaba el tiempo/imperceptible o casi/entre los desperdicios de una economía senil/la mañana con lluvia mezclada a la ventisca/cuando los mismos bordes a caminar salió/sin timón en la mente después de haber dopado un poco/dando saltos pensando que de ese modo esquivaría las charcas/cansado ya de ver las mismas fotos/«algo crujió bajo el soporte y sentí que allá en la casa-cuna se retorcía esa esfera, pero qué le vamos a hacer, si hacia el deshuesadero avanza un bloque»



LA PIPA INDIA

Mientras la sangre/de la nariz se secaba/pensó en Malcom Lowry/ése entre los proyectados/hacia las periferias/en gradas del ocio tocador de ukelele/que quería morir de muerte natural/tocando el ukelele/y no pudo morir de muerte natural/tocando el ukelele

«dos tres golpes más»

Mientras la sangre/de la nariz se secaba/pensó en Malcom Lowry/ése entre los proyectados/hacia las periferias/en gradas del ocio tocador de ukelele/que quería morir de muerte natural/tocando el ukelele/y no pudo morir de muerte natural/tocando el ukelele

«dos tres golpes más y quedas fuera de la competencia»



PARA LOS TÍTERES

1. Una mujer pequeña, próxima, cotidiana, apenas perceptible. Un hombre pequeño, próximo, cotidiano, apenas perceptible.

2. La mujer pequeña, próxima, cotidiana, apenas perceptible buscando -an-sio-sa-men-te- al hombre pequeño, próximo, cotidiano, apenas perceptible. El hombre pequeño, próximo, cotidiano, apenas perceptible buscando -an-sio-sa-men-te- a la mujer pequeña, próxima, cotidiana, apenas perceptible.

3. Ambos soñando en construir una cámara o respiradero -para-uso-de-dos- frente a las sustancias tóxicas de la realidad, que emanaban convertidas en gestos de agresión, desde todos los puntos posibles del Espacio.

4. La mujer pequeña, próxima, cotidiana, apenas perceptible nunca pudo encontrar al hombre pequeño, próximo, cotidiano, apenas perceptible. El hombre pequeño, próximo, cotidiano, apenas perceptible nunca pudo encontrar a la mujer pequeña, próxima, cotidiana, apenas perceptible.

5. Quedó sin construir la cámara o respiradero -para-uso-de-dos-.

6. Ambos murieron solos en el mismo hospital, el mismo día y a la hora señalada pero en cubículos distintos, contaminados ambos por las sustancias tóxicas de la realidad, que iban y volvían convertidas en gestos de agresión, desde y hacia todos los puntos posibles del Espacio.

Post-Data: “Practicada la autopsia, los dos cadáveres ya en vías de descomposición fueron juntados en el congelador del hospital, y hoy, sus Esqueletos secados, de blanquísimos huesos, hacen las delicias del noviciado burlón, en una de las escuelas de medicina.”



LA MOSCA

(Collage)

un punto

donde dos soplos enemigos atracaron. “Extranjera ya, ha venido a convertir mi plato en su dominio”.

un punto

donde dos soplos enemigos se confunden. “Extranjera ya, ha venido a convertir mi plato en su dominio”.

un punto

donde a una llama que oscila le responde otra llama que oscila. “Extranjera ya, ha venido a convertir mi plato en su dominio”.

¿la aparto de un manotazo y continúo estibando?

dijo el cara-tiznada: si a un lado de la pared hay lo mismo que al otro lado de la pared, ¿no podrías dejar de hacer más ruido y aprender a callar?



EL CICLICTA K.

El ciclista K, otro de los segregados convertido en exégeta, todo el tiempo posible haciendo auto-stop entre ciudad y campo, o entre campo y montañas, sin encontrar solución -al-eterno-problema-, sin encontrar el necesario reposo del cuerpo... negroide, otro de los segregados convertido en exégeta, todo el tiempo posible haciendo auto-stop entre ciudad y campo, o entre campo y montañas, sin encontrar solución -al-eterno-problema-, sin encontrar el necesario reposo del cuerpo... me ha contado que al mirar allá dentro algo raro notó...



LA CENA

(Díptico)

I. Sobre la mesa/ el testero con frutas carnosas/ sobre el testero con frutas carnosas/ los ojos cínicos de los comensales/ las aspas del ventilador— entran en la composición, creando campos de fuerza en diagonales, dos o tres perros cubistas, integrantes de esa familia cubana o clan proto-histórico, tomada de ejemplo por el registrador etno-gráfico, instalador de artefactos eclécticos.

II. Bajo las aspas del ventilador/ los ojos cínicos de los comensales/ bajo los ojos cínicos de los comensales/ el testero con pellejos y huesos/ la mesa— ahora debieron aparecer en la composición los dos o tres perros cubistas, pero no aparecen, porque fueron echados fuera por los comensales.



NATURALEZA MUERTA

Mirar, oir 1, 2, 3 veces: sobre cabezas de pescado/ dejadas por La Madre en la cocina/ y sobre cuaderno de poemas/ dejado por El Hijo en el librero/ cruzan sin detenerse las hormigas/

Mirar, oir 1, 2, 3 veces: sobre cabezas de pescado/ dejadas por La Madre en la cocina/ y sobre cuaderno de poemas/ dejado por El Hijo en el librero/ cruzan sin detenerse las hormigas/

Mirar, oir 1, 2, 3 veces: percibiendo en cada ocasión algo distinto.



APUNTES, DESTINADOS A UNA FOTO EN UN ÁLBUM FAMILAR

Rubén Duarte, uno de mis amigos y hombre cristiano si aún los hay, tiene en su casa a un perro —de la raza alemana, móvil de cacería— que alguna vez, mientras vivía en los nichos —sitios calientes de la ciudad— imponía a los otros, perros mestizos, su Ethos, más que un ente era un instrumento cortante.

Rubén, tramo a tramo, le ha ido remansando para que juegue con su hijo pequeño, a quien nosotros, por sus hermosos rasgos firmes no tocados por el odio, que el rostro adulto crispa, llamamos “El niño albigense”, la semilla destinada a lo abierto, quizás.

En el columpio donde La Simpatía al mecerse traza un canal sobre las dos orillas, ¿Cuál tocará el cielo y cuál tocará el suelo?, algo de niño tendrá el perro y algo de perro tendrá el niño, de modo que el sitio y el tiempo de los juegos pertenecen a otro orden, a duras penas avizorado por los mutantes, tras largas estaciones entre piedras y cactus, sin probar la sal de los comunes, en vísperas de la natalidad.

Los científicos, usando palabras que son haces de paja, intentarían explicar lo que está sucediendo. Dijo Rubén: “hace un desierto afuera, dan ganas de quedarse junto a ellos como se queda uno en un brocal”.