Jorge Luis Arcos, el singao día

en los próximos días publicaremos poemas de Jorge Luis Arcos, y otros textos suyos. Su libro Desde el légamo, editado por Colibrí, se lanzará en Casa de América el 24 de abril junto a una nueva compilación sobre María Zambrano, Islas, editado por Verbum.

otros poemas del autor en Efory Atocha (de donde fue tomado el poema que sigue)


el singao día

al Bicho, al Coco, a Kesel y a Jorgito,
por supuesto

En el pozo de la noche
marihuana y sexo
como buscando qué

Ah todo el singao día sepultado

Aspirar y espirar
lenta morosa (mente)
hacia un tiempo más espeso
las avenidas abiertas
como extrañas ventanas

Ah las avenidas de la mente
como túneles hacia una nueva memoria
precisiones evidencias profecías
signos de un camino más vasto
la otredad de lo mismo
la realidad sin máscaras
sin fronteras visibles
el cuerpo pensante
como esponja o antena
sensaciones cuánticas
los vellos como un bosque
tu sexo como un enorme acantilado
tu piel como desoladas praderas
los poros como cráteres
tú misma un animal desconocido
extraño y misterio todo Jacinta
solo pensar o solo sentir
por ejemplo
con la yema de los dedos
(el pensamiento de la yema)
estaciones nuevas
erizamientos
y no oigas música porque te guindas
Beethoven o Pink Floyd
cada instrumento cada sonido
un universo
la radiación de fondo
la naturaleza que piensa
The Draco
y las fantasías sin límites
las historias míticas del sexo
dedicarse a un detalle
por ejemplo
lamer la cresta de ese labio
un recodo del clítoris
el borde de ese pezón
cada fiordo sagrado
un solo vello
como un árbol o helecho
como una supercuerda
todo el campo unificado
todas las dimensiones abiertas
lo pequeño en lo grande y viceversa
el cacharro doméstico y la Vía Láctea

Y
sobre todo
borrado el singao día
ese rostro intolerable
el del tirano
las ráfagas de sin sentido
sólo placentera laxitud
como medusa o nube
o pez ausente
la mente sin cuerpo
el cuerpo sin mente
o ambas cosas a la vez
los mismos sentidos
pero más despiertos
todo en un hilo sin embargo
una velocidad mayor
en un tiempo real más lento
casi torpe
lleno de volutas
el chorrito lento al orinar
un hambre caníbal
cualquier tarea
una derrotada ansiedad
y tu cuerpo como un animal
ah la rugosa realidad
Minotauro tal vez

El placer sin culpa
sin necesidad de perdón
extraña fiesta
que sepulta u olvida la amargura
(parafraseo a Lezama)

Somos los Reyes
sin súbditos
sin orlas
en pelotas
en un planeta que creamos
con nuestros más lujuriosos deseos
(como intuyó Poe
en El poder de las palabras)

Ah todo el singao día
esperando
que llegue la noche
para liar un chino
y levitar
para ver el brillo fosforescente de tus ojos
la sonrisa salvaje y
turbadora
la voz desconocida
como nota de órgano
y resoplar
mientras nadamos
en ese pozo
en ese légamo
un ardor y otro ardor
que anhelan ser uno solo
como al final de Terra nostra
en el mar de Solaris
lejos del singao día

yema con fe