Desafiar a la censura en China

Los internautas desafían a los censores chinos

tomado de El País


Como estudiante de 18 años interesado en Internet, Zhu Nan quería decir algo sobre el omnipresente sistema de censura digital del país, conocido comúnmente como el
Gran Cortafuegos.

Fan Wenxin colaboró en este reportaje desde Shanghai.

Cuando los censores chinos empezaron a bloquear el acceso a Flickr, la popular página para colgar fotografías, a Zhu le pareció que había llegado el momento. El año pasado, el estudiante, que actualmente cursa primero en una universidad de esta ciudad, cuestionaba en su blog la lógica de las restricciones de Internet, y en entradas posteriores empezó a ofrecer consejos sobre cómo eludirlas. "Las autoridades de nuestro país afirman que la censura en la Red se lleva a cabo conforme a la ley", escribía Zhu. "De ser así, ¿por qué no permiten que la gente conozca este proyecto legal y, en lugar de eso, prohíben las páginas web que anuncian y analizan esas políticas legales? Si estás decidido a hacerlo, no deberías temer las críticas".

El comentario en el blog de Zhu y su posterior activismo es un pequeño elemento de lo que muchos consideran aquí un momento importante. En los últimos meses, los censores chinos han intensificado los controles sobre Internet, y a menudo han clausurado páginas que no incluían contenidos políticos ostensibles.

Con ello, han propiciado un contraataque, ya que mucha gente que antes mostraba poco interés por la política se ha vuelto activa en la resistencia contra los controles.

Los defensores de los derechos humanos aseguran que el Gobierno ha ampliado su ofensiva contra cualquier indicio de disensión a medida que se aproximan los Juegos Olímpicos de Pekín.

Un número creciente de internautas se muestra cada vez más resentido por las restricciones en una amplia gama de páginas web, entre ellas Flickr, YouTube, Wikipedia, MySpace (a veces), Blogspot y otros sitios que los ciudadanos ven como fuentes de diversión o información inofensiva.

El resentimiento ha inspirado una oleada de resistencia social cada vez más decidida, algo muy poco habitual en China.

Esta resistencia adopta muchas formas, desde demandas por parte de usuarios de Internet contra los proveedores de servicios de propiedad gubernamental, en las que alegan que el bloqueo de páginas es ilegal, a una creciente red de programadores que desarrollan códigos destinados a eludir las restricciones.

En Internet ha cobrado forma una campaña boca a boca, en la que bloggers y propietarios de páginas web cuelgan artículos para dar a conocer el Gran Cortafuegos, o comparten vínculos a programas que ayudan a sortearlo.

En casi todos los casos, la resistencia se ha visto enardecida por la sorpresa y la indignación cuando la gente se ha topado con un sistema cuya existencia sólo sospechaba vagamente. "Antes tenía la impresión de que algún tipo de mecanismo controlaba Internet en China, pero no sabía nada del Gran Cortafuegos", explica Pan Liang, escritor de literatura infantil y propietario de una web, que conoció el alcance de los controles después de que el blog de un amigo fuese bloqueado.

"Al principio me irritó mucho", dice Pan. "Entonces llegó el 17 Congreso del Partido y recibí la orden de que mi página, dedicada a la literatura infantil, debía cerrar su foro. Eso me enojó todavía más".

Como otros, Pan utilizaba su web para publicar soluciones a fin de evitar las restricciones de acceso a ciertas páginas prohibidas, y después empleaba una alusión histórica para mofarse del sistema censor de su país.

"Mucha gente ignora que 300 años después de que el emperador Kangxi ordenara el final de la construcción de la Gran Muralla, nuestra república ha erigido una gran muralla invisible", escribía. "¿Puede funcionar el bloqueo? Kangxi sabía que la Gran Muralla era una gran mentira: piensen en cuantos soldados se necesitan para custodiar esos miles de kilómetros".

Una bloguera de 17 años y residente en la provincia de Guangdong que colgó instrucciones sobre cómo acceder a YouTube, eludiendo las restricciones del cortafuegos, no es menos filosófica. "No sé si es mejor manifestar tu opinión o guardar silencio, pero si todo el mundo hace esto último, la verdad quedará enterrada", escribía la chica, que responde al nombre de Ruyue en Internet. "No quiero callar, aunque todos los demás lo hagan".

El Gobierno chino parece recelar especialmente de las páginas de vídeos como YouTube, y hace poco ha endurecido las regulaciones para los proveedores nacionales de Internet con la intención de controlar dichos servicios. Otros han ido más allá de las respuestas en la Red y han tomado medidas más directas. Una de esas personas es Du Dongjing, un ingeniero de tecnologías de la información de 38 años y residente en Shanghai que denunció a una rama de China Telecom por incumplimiento de contrato, debido a las restricciones no reconocidas del proveedor de servicios sobre algunos contenidos de Internet.

En este caso, lo que enojó inicialmente a Du fue el bloqueo por sorpresa de la página web de su empresa el pasado febrero. La página comercializa programas personales de economía y carecía de contenido editorial de cualquier índole. Su denuncia fue desestimada por un tribunal de Shanghai en octubre, pero se ha admitido a trámite su apelación. "Los estadounidenses tienen una expresión: 'No puedes luchar contra el Ayuntamiento", dice Du. "Sin embargo, creo que con la ayuda de Internet y el talante ciudadano puedo ganar este caso. Incluso puedo contribuir a mejorar la democracia china".

Yuan Mingli, que creó un grupo de evasión contrario al Gran Cortafuegos por su afición a Wikipedia, afirma que el Gobierno ya está trabajando en nuevas generaciones de tecnología digital que pretende aislar todavía más a los usuarios chinos del resto del mundo.

Pero Mingli pronostica su fracaso. "Eso, en esencia, es imposible, porque la actitud de la gente ha cambiado", dice, y añade que el sistema "acabaría desmoronándose porque China ya no puede permanecer totalmente desconectada del mundo exterior".

Fan Wenxin colaboró en este reportaje desde Shanghai.