Rolando Sánchez Mejías, poemas

(Holguín, 1959). Ha publicado Escrituras (Cuento, Editorial Letras cubanas, 1994), Derivas I (Poesía, Editorial Letras cubanas, 1994) y Cálculo de lindes (Poesía, Editorial Aldus, 2000). En 1995 editó la antología de jóvenes poetas Mapa imaginario (Embajada de Francia en Cuba/Instituto cubano del libro) y en 2000 Nueve poetas cubanos del siglo XX (Editorial Mondadori). Historias de Olmo, Ediciones Siruela, Madrid, España, 2001. Cuaderno de Feldafing, Ediciones Siruela, 2004


en fogonero emergente: Historias de Olmo

poesía menos

presentación de Diáspora(s)


continuamos archivando a los poetas publicados en el dossier de poesía cubana (1988-2001) [pinchar aquí para leer la presentación] "memorias de la clase muerta", preparado y anotado por Carlos A. Aguilera.

ARQUEOLOGÍA

(de Cálculo de lindes)

Encontraron, al fondo de los túneles,
ratas de metro y ½ de largo.

Las alumbraron con linternas (los rusos
dijeron epa, epa) y las ratas huyeron,
bamboleantes y caóticas, sus ojitos rojos
heridos por la luz.


Uno de los rusos pidió vodka y otro tomó
y le dio vodka y entonces dijeron algo
acerca de la realidad.

PABELLONES I

(tomado de Derivas I)

La enferma se pasea como un pájaro devastado. Es pequeña, voraz y su labio superior, en un esfuerzo esquizoconvexo y final, se ha constituido en pico sucio. Por otra parte (muestra el médico con paciencia): «esos ojitos de rata». Tampoco el Director (de formación brechtiana) deja de asombrarse: «Perturba la disciplina con sus simulacros. De vez en cuando logra levantar el vuelo. Claro que lo haría simplemente de un pabellón a otro. Pero, como quiera, eso representa un problema para la Institución.»

PABELLONES VI

(de Cálculo de lindes)

K. murió de tuberculosis. Su laringe quedó ocluida y no podía hablar ni comer. Ni, por supuesto cantar. Tomarse a pecho la cuestión del canto —como le pasó a Josefina— es contar con una laringe que funciona en cualquier circunstancia. Así de simple. En algún momento K. hizo un gesto para que le habilitasen la mano de escribir. Y ahí fue donde se formó el show (display or exhibit) en el sanatorio. Ver a K. tratando de escribir al mismo nivel de la laringe defectuosa, verlo raspar y raspar, como un pelele, la página en blanco.

MECÁNICA CELESTE

(de Cálculo de lindes)

Ratas de campo (rattus rattus frugivorus), de costillas alámbricas. Los chinos las golpean con el canto de la mano y les rompen el espinazo. Entonces giran como trompos indefinidamente.

ANTROPOLÓGICA

(de Cálculo de lindes)

la carne de cerdo
te hizo daño
y anuló
el compromiso

no sé
si sabías que
los tsembaga de Nueva Guinea
en sus fiestas
matan cerdos
y más cerdos
unas 15000 libras
que luego
distribuyen

ese día
los tsembaga
y los enemigos de los tsembaga
gimen bailan jadean
es decir ciclos
de paz y de guerra
sobre
montañas de cerdos

te contaba esto
para que supieras
cuánta economía
subyace
en el amor


SOBRE EL RUIDO HISTÓRICO DEL TRACTOR
(TRAC-TRAC-TRAC-TRAC)

(tomado de Derivas I)

Otorgue su cabeza madre, que se trata de convertirla en el cristal adivinatorio: deposite las fibrillas, justo para restar atractivos de mi pasado. Esa corriente que UD ironiza entre la indiferencia y el diagnóstico involuntario no es suficiente para el escenario donde se mueven (con cierta rigidez) mis títeres. Ni siquiera el haz para distinguir nítidos los rostros en este catálogo de payasos irlandeses que se escapa de mis manos: tal si toda la parodia (sí, toda la armazón, incluso la de los cuerpos, inextricable y casi patética conjunción o disjecti membra de cartón tabla, afeites, gestos suspendidos, risas destazadas) fuera a ser anulada por la carencia que UD origina. A mí (self de argamasa, contracción gramatical de un corpus en trance de organización) me protege la disposición de entregar la frente a la seda de ese pañuelo: a las figurillas árabes que muestra en sus tejidos plenos (hunda UD su dedo pálido y no dude de que el telar es una máquina tan bella como las otras que se utilizan en la guerra). El retablo tiene un diseño delicado: unas abejotas que no dejan de proteger ambas entradas (o puntos de fuga por donde se escurre el-ser-hacia-afuera como un vaso de mermelada volcado): entre esos dos zumbidos históricos-dulzones el gesto del histrión y el del histérico se transfiguran (se traspapelan) en una sola imagen en el trozo de cielo tan azul para las cabezitas de mis actores. La tierra que se abre (boquete, abertura al final del estilo sobre la tela o el dorso virgen del travesti [sic]) detrás del buey es el onto-sitio para el grano elegido: y diga si los pies de esa tibetana no son una verdadera joya, una flexión casi infinita, útil para que no me encierren entre estos seres con sus manías dispuestas sobre el humo recalentado (dibujado) por la chimenea que soporta la usura de la garganta. ¿Qué otro tono se puede imaginar para el extravío de los ojos de no existir la lombriz cortada...? Tenga estos cerebelos, hay algo que los ennoblece en su desconcierto. Mientras:

------tin-tric-tin-tric-tin-tric
la cadenita
arrastrada
sigue la huella
------¡y representa!:


APORÍAS

(tomado de Derivas I)


La escritura china resulta curiosa a los gramáticos por dos razones que los dividen:

a) el sentido que alcanza la escritura es compacto y continuo como una realidad única.

b) el sentido es quebradizo como una realidad precaria, discontinua.

Los primeros aseguran que emblemas como SOL y ÁRBOL no sólo se sostienen entre sí, sino que, además, su relación supone, al final del proceso, ámbas perdidas de identidad para integrar un-tercero-real.

Los segundos sustentan que la distancia entre emblemas como SOL y ÁRBOL es inmodificable y que se sostienen entre sí sólo gracias a una percepción en vilo o a un tour de force de la mente; sustentan, también, que la relación entre ambos ideogramas se debe a otros emblemas (emblemas «fantasmas» o emblemas del «hiperespacio») que se escurren o se evaporan en el vacío del papel que los divide.

Una tercera razón, nada más prevista por ciertos anales heterodoxos, deroga las dos anteriores y explica que si uno-se-fija-bien (un chino, v.g.) la sintaxis de la realidad, aunque incluya identidades como SOL y ÁRBOL, no puede relacionarlas verdaderamente entre sí, pues no habría cómo fundamentar la subversión que ocurre entre un SOL irrepetible y la espejeante pluralidad de los árboles.

P.P.P.

(tomado de Derivas I)

Ya habías muerto, mucho antes,
de transhumanamiento o
en desacuerdo
con El Vasto Poder Del Lenguaje,
muerto, es decir: vivo
en la dimensión donde el tiempo
de la muerte
obstruye
el movimiento de la vida.

Y esto lo sabías
frente a un sol meridional:
las manos en los bolsillos,
la corteza dura de tu rostro
y la realeza de otros rostros
modificando el horizonte.

El tiempo olía a cebollas:
un crudo vaivén o deshojarse
de películas absortas, rápidas
y completivas como el muñón que
arma la presta mano médica.

Pero la cebolla (que es la Realidad!)
desmultiplicaba sus planos. Entonces todo
desde un principio
estuvo signado
por esa fatal ausencia de armonía.

Pero no es sólo esto, no.

Si fuera sólo esto
sería menos complicado y
el Advenimiento (la intervención del ser
o de cualquier otro trasunto como la escritura)
quedaría
por fin
en Completud.

Hay más cosas: bajo
un cielo convexo y frío
(cielo de post-tiempo)
henos allí, avanzando, no ligados
por el Lenguaje, apenas
por el lamento
(la taigá, el lamento culpable de la matria (1),
lobos, etc.).

Sí. Mucho menos
de lo que pensabas: la zona
obscura y tibia
de la lengua (que incluye la Lengua)
latiendo oportuna,
completamente, el cigote
en la cavidad central del Tiempo,
puro imaginario de terciopelo,
leve y grave
allí, al alcance de la mano, diestra o
siniestra, en el letargo de silencio
todavía interior aunque casi suprahistórico
(como el movimiento
de las partículas
de un terrón de azúcar sobre la mesa).

También junto al fuego:
en la dilapidación de cigarros y saliva,
la frente
proyectando
a la orilla del mar
un perfil salvaje,
la utopía entre ceja y ceja,
entre muslo y muslo el roce con la luna
y entrevisto
de golpe
el Sentido: la pasión, la fuente
donde manan, una a una, las palabras.
Todo tan metafísico, aún,
para nuestras sólidas esperanzas históricas (2) .

Pero no es sólo esto. Ni
en el deslizarse
de la muerte
a ras de asfalto
mientras la cámara no tomaba en consideración
los escasos segundos
en que se produjo el vaciamiento,
el segamiento de la vita:
la incompletud plenaria de un pecho
que rechina su corazón
contra el mundo todavía cálido

¿Y qué nos sucedía e este lado?
¿También el Suceso?
¿La intervención de la Otra Parte?
¿O sólo el fantasma del Eventum?

Aquí.

Más allá del como.

A la izquierda o.

Absortos.

Como si la Historia
de súbito:

[ ]

¿Qué hay de todo esto
si no un rostro
en el vacío?

¿Qué hay de todo esto
si no un rastro
en la nieve?

¿Un trazo
sobre el asfalto
de escritura trágica?

Muy visceral todavía,
muy dentro afuera todavía?

Y por si fuera poco
el sol (3)
interviniendo
en la rigidez de tus pómulos
intrahistóricos aún!

*** **** ***

(1) Hijo mío, yo que fui sólo vida
te he dado el amor de la muerte.
Naciera de la prehistoria la suerte
que porfuria de la masa enfurecida
sacude la cumplida historia.

(Balada de la madre de Stalin, de Pier paolo Pasolini.)

(2) El hambre, aún, es metafísica. Ayer, en la carnicería, hacíamoscola para el pollo. Esta vez fue un pollo traído de Guerlesquin, cuya novedad eran las gruesas capas de grasa. Los viejos observaban el pollo de Guerlesquin con la suspicacia helada y ávida de quien no incluye a Guerlesquin en la percepción y sí las novedosas capas de grasa de pollo de Guerlesquin. Aunque, de algún modo, ellos sabían (¿sentido común que proporciona la Historia?)

(3) Termino de escribir este poema en la mañana. Por la ventana penetra el sol. La escritura, hasta ahora casi ininteligible, va adquiriendo un vigor especial con la luz. «¡El sol también es histórico!», me digo en un rapto.