Discurso de Raúl Castro, el 26 de julio de 2008


Santiagueras y santiagueros;

Compatriotas:

Cincuenta y cinco años son un período corto en la vida de un pueblo, pero suficientes para confirmar que el 26 de Julio marcó el inicio de una nueva era en la historia cubana.

Fidel, en su medular intervención en el acto conmemorativo del XX Aniversario, también en Santiago de Cuba, rememoró estos encendidos versos del destacado dirigente comunista y notable intelectual Rubén Martínez Villena:

"Hace falta una carga para matar bribones,

para acabar la obra de las revoluciones,

para vengar los muertos que padecen ultraje,

para limpiar la costra tenaz del coloniaje,

para no hacer inútil, en humillante suerte,

el esfuerzo y el hambre, y la herida y la muerte;

para que la República se mantenga de sí,

para cumplir el sueño de mármol de Martí;

para que nuestros hijos no mendiguen de hinojos,

la patria que los padres le ganaron de pie."

Y concluyó su discurso afirmando:

“Rubén: el 26 de Julio fue la carga que tú pedías”.

Muchas dificultades y momentos difíciles hemos enfrentado los cubanos desde aquel memorable acto de 1973. Sólo las profundas convicciones y firme voluntad de resistir y vencer de nuestro pueblo, han hecho posible celebrar con orgullo y optimismo este nuevo aniversario.

El periódico Granma tuvo la feliz iniciativa de reproducir en días recientes, en 15 partes, dicha intervención. Ello hace innecesario referirnos a los antecedentes, causas, condiciones y consecuencias del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, expuestos por el Jefe de la Revolución aquel día en irrepetible síntesis.

Ese discurso, además de un sólido análisis del pasado y el presente de entonces, constituye una certera y precisa valoración de las duras realidades que deparaba el futuro y las vías de enfrentarlas.

Un día como hoy, en 1973, Fidel afirmó que la única salvación para los pueblos de Latinoamérica estaba en unirse y librarse del dominio imperialista, pues sólo así lograrían ocupar un lugar entre las grandes comunidades humanas.

Y refiriéndose a nuestra región, agregó lo siguiente:

“Solo esto nos daría las fuerzas para enfrentar los gigantescos problemas alimenticios, económicos, sociales y humanos de una población que ascenderá a 600 millones en 25 años más. Solo esto haría posible nuestra participación en la revolución científico-técnica que conformará la vida del futuro. Solo esto nos hará libres”.

Más adelante alertó:

“…el lujo y el despilfarro de las sociedades capitalistas desarrolladas agotan recursos naturales no recuperables, como el petróleo, cuyo precio amenaza con elevarse extraordinariamente”. Hasta aquí sus palabras.

Parece dicho hoy y fue hace 35 años. Con razón Abdelazís Bouteflica, entrañable amigo de Cuba y Presidente de la hermana Argelia, expresó en una ocasión:

“Hemos tenido el inmenso privilegio de tener como amigo al compañero Fidel, que nunca nos ha fallado. Fidel tiene la rara cualidad de viajar al futuro, regresar y explicarlo“, sentenció.

Los 55 años transcurridos desde el 26 de julio de 1953, han justificado con creces por qué se escogió Oriente, y en particular Santiago de Cuba y Bayamo, para reiniciar la entonces inconclusa Revolución cubana. En esta tierra indómita de mambises y rebeldes, como en toda Cuba, permanecen vivas las gloriosas tradiciones patrióticas y revolucionarias de nuestro pueblo.

El país, desde el mismo año 1959, ha hecho grandes esfuerzos por desarrollar las provincias orientales, donde hoy vive el 35% de toda la población, pero aún siguen en desventaja con el resto de la nación. El período especial y los desastres naturales que nos han azotado con particular fuerza, influyeron además en que no hayamos podido avanzar con mayor celeridad.

Somos conscientes de la gran cantidad de problemas que aún quedan por resolver, la mayoría de los cuales afectan de manera directa a la población. No obstante, debemos reconocer que en los últimos tiempos se han aprovechado bien y rápido los limitados recursos que el país ha podido entregar adicionalmente a la región oriental.

Ejemplo de ello es la reanimación de numerosas instalaciones que mejoran la calidad de vida de la población y contribuyen a la educación y el esparcimiento.

Va a buen ritmo una obra muy valorada por los santiagueros, iniciada en el pasado año: la reconstrucción y ampliación del acueducto. Este viejo y grave problema debe quedar resuelto definitivamente en el 2010, cuando toda la ciudad tendrá solucionado el abasto diario de agua.

Restará para el 2011 concluir la rehabilitación de los acueductos de El Cobre y El Cristo, que también tendrán agua diariamente, y la construcción de la conductora de 25 kilómetros desde la presa Carlos Manuel de Céspedes hasta la Gilbert, que garantizará una fuente adicional ante grandes sequías.

Hasta ahora se han terminado 370 kilómetros de redes y 593 kilómetros de acometidas, aproximadamente la tercera parte de los necesarios, que ya han permitido beneficiar algo más de 26 mil viviendas donde residen unos 111 mil santiagueros.

Además están concluidos 24,6 kilómetros de grandes conductoras, cerca del 17% del total a construir. En fecha próxima concluirá la modernización de la planta potabilizadora Quintero Uno, la cual elevará la calidad del agua que se suministra.

Se cuenta con el equipamiento que requieren estas labores, y para emplearlo óptimamente debe organizarse el doble turno, siempre que resulte aconsejable y teniendo en cuenta además causar las menores molestias posibles a la población, pues una buena parte del trabajo a ejecutar es dentro de la ciudad. El principio es abrir la zanja e inmediatamente poner las tuberías y tan pronto se ejecuten las pruebas, restablecer la vía.

Controlaremos mes por mes el cronograma de ejecución de estas obras, que firmaron los máximos responsables de las instituciones involucradas. Es decir, Fidel Figueroa, ministro de la Construcción; René Mesa, presidente del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos; y Rolando Yero, presidente del Poder Popular en esta provincia.

No se trabaja sólo aquí, también se hace con las 27 brigadas que se han creado con este fin, en los acueductos de Holguín, Baracoa, Tunas y otros de las provincias orientales, así como en el de la capital del país, Camagüey y varios más en el occidente y centro de la isla. Incluye además los de decenas de poblados y pequeñas comunidades.

Alerto que en la medida que se distribuya más agua, más habrá que ahorrarla. Es un recurso muy valioso e imprescindible para todo. Por tanto, hay que emplearlo con la mayor racionalidad.

También ha sido necesario trabajar muy fuerte y con urgencia en la recuperación de los viales, buena parte de ellos prácticamente destruidos por la tormenta tropical Noel a finales del pasado año. Es mucho lo que resta por hacer, pero pese a las limitaciones de recursos, sólo en las provincias orientales y Camagüey han sido reconstruidos alrededor de 3 550 kilómetros de caminos y carreteras, y la totalidad de los 120 kilómetros de vías férreas afectadas, incluidos la mayoría de los puentes y otras obras de fábrica de considerable magnitud.

Se trabaja igualmente en varios trasvases a lo largo de la nación, que son, en síntesis, obras que permiten maniobrar con el agua de unas provincias a otras. De ellos, por su importancia, se ha informado en amplios reportajes en nuestros medios de difusión.

Mencionaré sólo el llamado trasvase este-oeste en Holguín, el cual marcha a buen ritmo. Próximamente quedará inaugurada su primera etapa, que permitirá el abastecimiento estable de agua a la capital provincial y otras localidades, en la misma medida en que vaya concluyendo el restablecimiento de las redes.

Las brigadas que ejecutan estas obras tienen el equipamiento necesario. Además se ha incrementado considerablemente la capacidad de producción de tubos de polietileno de alta densidad, con la construcción de las fábricas de Holguín y Ciudad de La Habana, que se suman a la de Ciego de Ávila que funciona desde hace años.

Es una gigantesca inversión que se lleva a cabo con la vista puesta no sólo en el presente, sino especialmente en el futuro. Algo de extraordinaria importancia en una isla larga y estrecha como la nuestra, donde las aguas se van rápido al mar y nos vemos sometidos cíclicamente a períodos de intensa sequía que podremos aliviar trasvasando los recursos hídricos, incluyendo los existentes en los macizos montañosos, a través de grandes túneles.

Una previsión que nos agradecerán todos, en particular las futuras generaciones, esas que les tocará vivir en un mundo donde el agua potable será un recurso cada vez más escaso y caro.

Por ello, no pocos pronostican que las guerras del mañana serán motivadas por la conquista de las reservas de este insustituible recurso natural. Ya en la actualidad se libran las guerras por el petróleo.

Entre las nuevas inversiones que se acometen en colaboración con Venezuela, ocupa un lugar destacado la Petroquímica: el incremento de la refinación de petróleo, la producción de fertilizantes y la fabricación de resinas sintéticas como el llamado PVC, que se emplea, entre otros usos, para las petrocasas, de las que ya comenzaron a edificarse 100 en el reparto La Risueña de esta ciudad, similares a las construidas en Cienfuegos, como parte de las pruebas que se realizan en nuestras condiciones ambientales.

Se acometen además, en unos casos con nuestros propios recursos y en otros con empresas extranjeras, importantes ampliaciones en el níquel, el cemento y la minería. Muchas de estas obras serán aquí en Santiago de Cuba y en otras provincias orientales, aunque están diseminadas por todo el país. Por ejemplo, ya se prepara la ampliación de la refinería “Hermanos Díaz” hasta más del doble de su capacidad actual, con lo que estará en condiciones de abastecer de derivados del petróleo a todo el oriente cubano.

Como decíamos el pasado día 11 en el Parlamento, es un extraordinario esfuerzo para invertir los recursos existentes en esferas que generen utilidades en el menor plazo posible. Como nunca debe existir estrecha coordinación entre inversionistas, proyectistas y constructores para lograr la mayor eficiencia y concluir cada obra en el plazo pactado.

No olvidar que estamos en medio de una verdadera crisis mundial que no es sólo económica, se asocia también al cambio climático, el empleo irracional de la energía y a crecientes problemas de todo tipo.

Es una situación que impacta a todas las naciones y de manera particularmente dramática a los pueblos del Tercer Mundo. Hay fuertes llamados de alerta de organismos internacionales como la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), cuyo director general nos visitó hace pocos días y ha denunciado de forma valiente y con sólidos argumentos la seriedad de esta crisis de consecuencias impredecibles.

Ante esa crisis permanecen pasivos los gobernantes de los países ricos y las grandes empresas transnacionales, una actitud no sólo egoísta e irresponsable, sino además suicida, pues quieran o no, todos vivimos en este pequeño planeta.

Incluso el Presidente del Banco Mundial, una organización a la que nadie calificaría de opuesta al capitalismo, presionó hace pocos días a los países industrializados a participar en la solución del problema. Sólo encontró oídos sordos, a pesar de que les propuso contribuir al Programa de Alimentos de la ONU con la ridícula cifra de 500 millones de dólares. Tanto el Banco Mundial como el Fondo Monetario Internacional afirman que la situación de los alimentos es grave y la empeora la política de los Estados Unidos de promover los agrocombustibles.

La mayoría de nuestro pueblo ha demostrado poseer los conocimientos y madurez suficientes para comprender estas realidades que resultan sencillamente insoslayables. Otras personas, en cambio, pretenden cerrar obstinadamente los ojos ante los problemas del mundo.

Reitero que la Revolución ha hecho y continuará haciendo cuanto esté a su alcance para seguir avanzando y reducir al mínimo las inevitables consecuencias de la actual crisis internacional para la población. No obstante, debemos explicar oportunamente a nuestro pueblo las dificultades y así poder prepararnos para enfrentarlas. Hay que acostumbrarse a no sólo recibir buenas noticias.

Algunas opiniones recogidas respecto al anteproyecto de Ley de Seguridad Social demuestran que es necesario continuar informando sobre este asunto de importancia estratégica.

El proceso de estudio y consulta con todos los trabajadores que comenzará el próximo mes de septiembre, previo a la aprobación de la Ley por la Asamblea Nacional en diciembre, servirá para esclarecer todas las dudas y brindará la oportunidad de expresar cualquier criterio.

Todos serán escuchados con atención, coincidan o no con la opinión de la mayoría, tal como se ha venido haciendo con los planteamientos derivados del proceso de reflexión sobre el discurso del pasado 26 de julio. No aspiramos a la unanimidad, que suele resultar ficticia, en este o en cualquier otro tema.

No obstante, tener presente que en 1953, el año en que atacamos este cuartel y el de Bayamo, la esperanza de vida de los cubanos era de 59 años, casi 20 menos que la actual, lo que significa además que hoy vivimos 5 años más que el promedio de los latinoamericanos y caribeños, así lo dije en la Asamblea Nacional; recordar que en el pasado imperaban el tiempo muerto, las largas filas de desempleados, el desalojo de campesinos de la tierra que cultivaban y de trabajadores de sus viviendas por no poder pagar el alquiler; no olvidar aquella terrible imagen de niños famélicos, pidiendo limosnas, sin médicos ni escuelas.

Por acabar con toda esa injusticia, resumida por Fidel en La Historia me Absolverá, han dado la vida miles de compatriotas, incluidos los mártires del Moncada y Bayamo. Es bueno recordar ese cuadro de miserias y desigualdades que heredó la Revolución hace casi medio siglo, teniendo en cuenta que el 71% de los cubanos de hoy nació después del primero de enero de 1959.

Todavía nos faltan muchas cosas que quisiéramos pudiera disfrutar nuestro pueblo, aunque es una realidad muy diferente a la que encontró la Revolución. Recuerdo que en los momentos más agudos del período especial, un dirigente obrero latinoamericano, hablando a sus colegas cubanos les manifestó: “Ustedes tendrán muchos problemas, pero yo, que conozco mi país y gran parte del continente, les doy un consejo: ¡cuiden lo que tienen!”, alertó.

Por muy grandes que sean nuestros deseos de resolver cada problema, no podemos gastar más de lo que tenemos. Y para sacarle máximo provecho es imprescindible ahorrar de todo, en primer lugar combustible.

Repito lo dicho por el Jefe de la Revolución, en esta misma tribuna, un día como hoy hace 35 años, pues pienso que tiene validez permanente, cuando expresó:

“Como país pobre, sin grandes recursos naturales de fácil explotación, que tiene que trabajar duramente para ganarse el pan, en medio de un mundo donde gran parte de los pueblos viven en la mayor pobreza (…) los objetivos de nuestro pueblo en el orden material no pueden ser muy ambiciosos”. Y añadió:

“Será nuestro deber en los próximos años elevar al máximo la eficiencia en la utilización de nuestros recursos económicos y humanos. Llevar la cuenta minuciosa de los gastos y los costos. Y los errores de idealismos que hayamos cometido en el manejo de la economía saberlos rectificar valientemente”, concluyó.

Recientemente se publicaron los Decretos Leyes sobre la distribución de tierras ociosas y para la retribución salarial a los maestros y profesores que regresen a las aulas, tareas que han recibido un importante respaldo de la población.

También se extiende a un ritmo satisfactorio la experiencia de la distribución directa de la leche del productor a la bodega, de la que hablé hace un año en Camagüey.

El pasado 30 de junio estaban recibiendo leche por esa vía los consumidores normados de 5 361 bodegas, que representan el 49% de las existentes en los 154 municipios con posibilidades de participar en la experiencia. En los primeros seis meses de este año se han vendido de esta forma 52 millones de litros de leche.

Adicionalmente, ha permitido ahorrar más de 1 800 toneladas de combustible, con un valor superior a los dos millones 350 mil dólares, y con el incremento de la distribución directa de la leche, este ahorro de combustible debe ser mayor cada año.

También se trabaja en una mejor organización de la transportación de cargas, pues está comprobado que cuando existe se ahorra hasta un 20% del combustible.

Además, en 16 municipios se lleva a cabo una experiencia consistente en centralizar el transporte destinado a asegurar las tareas en esa instancia, salvo los casos en que no resulte lógico por el carácter de las misiones o ser vehículos especiales. La prueba viene demostrando que con el 30% del transporte de carga que hoy funciona pueden cumplirse las mismas tareas. Se continuará avanzando en esta experiencia a un ritmo que garantice aplicarla con rigor, para no malograr esta idea, que por cierto ha tenido que enfrentar la inútil resistencia de algunos.

Hay otros avances en sectores vitales de la economía. Se va cumpliendo el plan de producción de petróleo, aunque como es sabido está aún lejos de satisfacer nuestras necesidades; además una parte se produce mediante negocios conjuntos con empresas extranjeras, a las cuales hay que comprarles, a los altos precios actuales, el volumen que les corresponde.

También avanza la recuperación del turismo. Han arribado al país hasta el 25 de junio, cerca de 1 millón 309 mil turistas, que representa un crecimiento del 14,8% respecto a igual período del pasado año. Y algo muy importante: se han reducido los costos en que se incurre por cada dólar de ingresos.

Igualmente se mantiene nuestra colaboración con otros pueblos. Precisamente en esta ciudad será en diciembre próximo la Tercera Cumbre Cuba-CARICOM, con cuyos integrantes, los países del Caribe, existe un creciente intercambio. Estamos seguros de que los santiagueros serán excelentes anfitriones.

También se ha decidido que sea aquí, en nuestra Ciudad Héroe, la celebración de un acontecimiento extraordinario: el aniversario 50 del triunfo de la Revolución. Ayer, hoy y siempre: ¡Santiago sigue siendo Santiago!

Y junto a la producción, la defensa continuará sin descuidarse, independientemente de los resultados de las próximas elecciones presidenciales en los Estados Unidos.

La preparación para la defensa del país marcha bien. En noviembre del 2007 realizamos con resultados satisfactorios los ejercicios Moncada en el occidente y centro de la isla. En el territorio oriental se llevó a cabo en el pasado mes de junio, pues se decidió posponerlo para no afectar las labores recuperativas tras las intensas lluvias de fines del pasado año.

Sigue desarrollándose de forma favorable la Operación Caguairán, que ha permitido elevar significativamente la preparación del personal de las reservas que completan las tropas regulares y de nuestros milicianos.

De manera simultánea ha continuado el acondicionamiento ingeniero del teatro de operaciones militares y la modernización del armamento y el resto de los medios, así como la superación y formación de oficiales, de los que este año se graduaron más de 2 000, la mayor cifra en los últimos diez años.

Unido a lo anterior, se crean las condiciones para realizar con la máxima calidad y rigor, en el mes de noviembre, el Ejercicio Estratégico Bastión 2008.

Compañeras y compañeros:

Cuando imaginamos 50 años hacia delante parece algo muy lejano, pero al pasar revista a los últimos 55, pienso que realmente han transcurrido muy rápido.

Ninguno de nosotros soñó con estar aquí hoy cuando asaltamos el Moncada, ni siquiera cuando en cumplimiento de la orden del Comandante en Jefe, entramos triunfantes en esta fortaleza el primero de enero de 1959, exactamente 5 años, 5 meses y 5 días después. Casi todos teníamos veinte o treinta y tantos años, algunos incluso menos, y medio siglo nos parecía una eternidad. Si algo hemos aprendido bien es que el tiempo pasa velozmente. Desperdiciarlo por inercia o vacilación es una negligencia imperdonable. Hay que aprovechar cada minuto, aprender rápido de las experiencias, incluidos los errores cometidos, que siempre dejan alguna enseñanza, si son analizados con profundidad.

Los problemas y tareas fundamentales los seguiremos analizando con el pueblo, en particular con los trabajadores, con la misma confianza y claridad de siempre. Así buscaremos las mejores soluciones, sin preocuparnos por quienes en el exterior intentan sacar partido de esos debates. Tarde o temprano, la verdad se impone.

Continuaremos atendiendo, preparando y escuchando a nuestros jóvenes para que actúen con la firmeza, convicciones y lealtad de nuestros Cinco Héroes. Somos conscientes de la alta responsabilidad y compromiso que corresponde a las nuevas generaciones, y estamos seguros de que al igual que aquellos que siguieron sin vacilación a Céspedes en 1868, a Martí en 1895 y a Fidel en 1953, sabrán estar a la altura del momento histórico que les ha tocado vivir, igualmente difícil y glorioso.

No olvidar nunca que esta es la Revolución socialista de los humildes, por los humildes y para los humildes. No traicionaremos jamás la memoria de los caídos en combate o asesinados en Santiago de Cuba y Bayamo hace 55 años.

En los días que siguieron al asalto, este cuartel se bañó en sangre por doquier, desde los calabozos en el sótano hasta el mismo techo del edificio, al cual me subieron una madrugada por varias horas, cuando me condujeron hasta aquí desde San Luis, donde fui hecho prisionero. No se borrará jamás de mi mente la horrenda escena de la sangre ya coagulada de mis compañeros dispersa por toda aquella azotea.

Esa terrible imagen, esa mancha al nombre glorioso de Guillermón Moncada, sólo podía lavarla la felicidad y la sonrisa de las decenas de miles de niños que han pasado por las aulas de este gran Centro Escolar, uno de los primeros cuarteles de la tiranía convertidos en escuelas. Es parte del fruto de la obra de todo un pueblo y del sacrificio de cuantos han ofrendado la vida por los mismos ideales, desde las luchas por la independencia hasta el presente, en Cuba y en el cumplimiento del deber internacionalista.

Nuestra batalla de hoy es la misma iniciada el 26 de julio de 1953, sólo que en nuevos escenarios, a una escala superior y ahora en defensa de las grandes conquistas alcanzadas durante medio siglo.

Enfrentamos un enemigo mucho más poderoso que los soldados de la tiranía parapetados tras los muros de este cuartel y el de Bayamo, pero también ha crecido extraordinariamente la fuerza de nuestro pueblo gracias a la unidad, organización, conciencia revolucionaria y conocimientos alcanzados. Son también muy superiores los motivos para sacrificar, si es necesario, la vida en el empeño.

Hace 55 años, un puñado de revolucionarios intentamos tomar el cielo por asalto. Entonces nos impulsó el afán de barrer la ignominia de nuestra tierra y cumplir el propósito martiano de conquistar toda la justicia para el pueblo.

En nombre de todos los patriotas de esta isla, desde la heroica Santiago de Cuba, cuna de la Revolución, a ti, Fidel, dedicamos este 55 Aniversario y te decimos:

¡Continuaremos la carga que pidió Rubén y tú iniciaste el 26 de Julio!

¡Gloria eterna a nuestros mártires!

¡Viva la Revolución!

¡Viva Cuba libre!